jueves, 30 de abril de 2009

FERIA DEL LIBRO

Parece que fue ayer. El regreso a una feria del libro está llena de dudas y de recuerdos. Fue la primera pero no la última, hace 10 años fue mi primera asistencia a un evento relacionado con libros. En esa ocasión el interés es sembrado por los profesores y no por iniciativa propia.

El costo es accesible. La fila es modesta por tratarse de un miércoles. Muchas son las preguntas que surgen camino a la Trigésima Feria del libro que se realiza en el palacio de Minería de la ciudad de México. A la entrada los cambios son inminentes, vagos son los recuerdos de una década atrás. Ahora los medios de comunicación masiva hacen de ésta feria una promoción inminente en el itinerario de la ciudad más grande y caótica del mundo.

Los cambios han sido diversos, lejos estamos de presenciar en esencia lo que José Vasconcelos impulsó en la primera edición de la Feria Internacional del libro. La intención es la misma, un evento en el que los libros jueguen el papel protagónico. La lectura, el desarrollo de la cultura anteponiéndose a lo comercial.

¿Es cierto que se anteponga lo cultural? Esa es una de mis dudas al ir recorriendo los estrechos caminos que han sido marcados por el peso de las editoriales. Es abrumante observar el peso de empresas como Alfaguara en el espacio del Patio principal del palacio.

Cantidad vs Calidad

A cada paso que doy me encuentro con títulos comerciales, la promoción del libro de moda es la prioridad de Alfaguara. Los deseos de venta están situados en títulos como Crepúsculo. El guía que nos acompaña es conocido del adjunto de la materia, es realista y poco ambiguo. El contesta nuestras dudas con una sinceridad que parece sinismo. “Aquí damos el peso a libros que serán éxito en ventas y no a los clásicos literarios” fue la respuesta a la pregunta de rigor del por qué los espacios son ocupados en su mayoría por los libros que tienen mayor publicidad en el mercado.
Uno a uno los encargados de cada editorial iban quitando la neblina de la Feria. El giro ha sido comercial. “Si quieres encontrarte a los grandes autores y libros prometedores ve a la feria del libro de Guadalajara” fue la respuesta del encargado de punto de lectura. Doloroso pero cierto, el ir y venir de curiosos en la Feria de Minería está marcado por estudios de mercado y no por tratar de adentrar a esos lectores pasivos a un mundo en el que las letras se convierten un placer.
Sramago vs Stephanie Meyer, grupo Santillana vs editorial Era, Monsiváis vs Mariano Osorio esa es la constante de la feria de la ciudad de México en contraposición a la presentada en la ciudad de Guadalajara, la cual menciona Samuel Cortés es una feria más especializada, es donde las editoriales buscan hacerse de los derechos de grandes publicaciones.

De cualquier forma salgo satisfecho, es gratificante oler ese especial perfume que desprenden los libros, también me alegra encontrarme inmerso en una aglomeración por una feria del libro. En un país como el nuestro en el que el promedio de libros leídos es aun sostenido por universitarios resulta un consuelo que una vez al año la gente tenga la curiosidad de ir a comprar libros.

Que borroso sería el panorama para José Vaconcelos si se encontrase en lo que hoy es la Feria Internacional del libro en el palacio de Mineria, las más de 100mil publicaciones seguro asombrarían al positivista...

http://www.youtube.com/watch?v=QOKzbNmQQe8

No hay comentarios:

Publicar un comentario